Junio de 2007, en el Loyola para la mayoría de la gente es tiempo de ocio, como casi todo el año, sin embargo, muchos motivados iban a autoengañarse a la biblioteca del mayor, que en esas épocas se convierte en el centro de reuniones del 70% de los colegiales por aquella época. Era Miércoles, poco antes de la hora de comer y yo me encontraba estudiando para un examen de Macroeconomía I que tenía al día siguiente, examen que llevaba bastante bien ya que era la tercera vez que me presentaba y me sabía las cosas de memoría (si, tercera vez en mi segundo año), cuando de repente entra Potón a la biblioteca, sin dudarlo un segundo se acerca a mi mesa, en la parte de la izquierda, y me dice:

- Canales, necesito que me acompañes al ayuntamiento, que tenemos que hablar unas cosas del II Certamen Aynadamar, del auditorio y eso.

Yo había oido que efectivamente la tuna estaba pensando en organizar un Certamen que nunca llegó a organizarse, mi inocencia, mi motivación de novato de tuna que quiere becarse y mi inteligencia hicieron creerme todas las palabras del Potón. 

- Vale Poti, espérate media horita que me repase este tema - Potón no sabía en ese momento que yo tenía examen al día siguiente, eso hay que aclararlo.

- No no, tiene que ser ya que sino seguramente luego no estén - Me apremió Poti, a lo que mi respuesta inmediata fue recoger mis cosas y salir pitando de la Biblioteca del Mayor. Eran las 12.30 apróximadamente.

Una vez dejado mis cosas, ir a mi cuarto a cagar y a coger la cartera, salimos del Mayor y nos subimos al coche de Horacio, que por aquel entonces iba en "El tanque", un todoterreno del año catapum que nos hacía toda la gracia y que había sido testigo de varias hazañas, las mas recientes que yo recordaba por aquella epoca fue la de ir del mayor al cebollas con el Pancho y el Faisan agarrados a la parte trasera y Scritch Pawers en la parte de arriba cantando al unísono la canción del "Equipo A". Bueno, pues nos montamos en el coche y empezamos a conducir en dirección al ayuntamiento, quiero aclarar que ese era mi segundo año y como buen colegial del Loyola, de Granada sólo conocía el camino del colegio a la facultad, a Fuentenueva para ver los partidos del Mayor y a la Príncipe, con lo que por descontado que no tenia ni idea de por donde cojones se iba al Ayuntamiento de Granada, por lo que la dirección que tomamos al salir del mayor (Dirección Alcampo), me extrañó pero no llegó en un primer momento a resultar sospechosa...

Cuando enfilamos la cuesta que llevaba a la Rotonda del Alcampo (aquella que servía de campo de entrenamiento al equipo de Rugby), empezamos a charlar.

- Canales, y que hacías en la Biblioteca tío?- Me preguntó

- Pues nada Poti tio, estudiar que tengo examen mañana - En ese momento la cara de Potón cambió totalmente y pude ver un reflejo de culpabilidad en sus ojos - Pero lo llevo bien tío, es la tercera vez que lo hago y apruebo seguro.

Al ver que estabamos empezando a alejarnos de Granada, ya me extrañaba bastante no haber llegado al Ayuntamiento, con lo que me aventure a decir "Poti, por aquí no se va al Ayuntamiento", momento en el cual paramos en un semaforo, Potón me mira sonriendo y dice:

- Canales, ahora que estamos tan lejos de Granada que no te puedes bajar del coche, voy a decirte la verdad, no vamos a ningun Ayuntamiento, es que tengo que ir a Córdoba a cambiar el coche por el Ibiza y no me apetecía ir sólo, me he sentido un poco mal porque me has dicho que tenías examen y he estado a punto de dar la vuelta, pero como me has dicho que lo llevabas bien te vas a venir conmigo a Córdoba. 


AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!


En ese momento los 2 empezamos a gritar, lo que acabo en un cúmulo de "Poti, eres un hijo puta, me la has jugao" y varias cosas mas que ahora mismo no recuerdo con exactitud, la cosa es que 2 horas mas tarde estábamos en Córdoba una tarde de Junio, con unos 40 grados siendo generosos.

Después de darme una vuelta al solecito por su ciudad, enseñarme el edificio de su abuelo y su Farmacia, llegamos a casa de Poton, en cuyo salon no había visto yo mas cabezas de animales muertos en mi vida. Cogimos las llaves del Ibiza, nos tomamos una Coca-Cola y nos fuimos a comer a un Restaurante de la Judería Cordobesa, donde tomamos los típicos Flamenquines con Salmorejo, un cafe y vuelta a Granada. Durante la vuelta Potón y yo compartimos mas de un secreto que no puede salir a la luz, lo mas destacable del viaje fue que sintonizamos una radio de tecno cani, Horacio se motivó, puso el Ibiza a 200 por hora en la autovía y llegamos a Granada en hora y cuarto. Toda una aventura la que pasó un día cualquiera en Granada, algunos la verán extraña, quizás estúpida, y puede que tengan razón, pero para nosotros ese tipo de cosas acabaron siendo normales, ya que, conociendo a Horacio Arenas, todo puede pasar.


Canales.

P.D: El examen del día siguiente lo aprobé con un 7.